El reciente “Estudio sobre los efectos de la salud mental de niños, niñas y adolescentes por covid-19”, de la UNICEF, refiere entre otros aportes importantes, que:
- Entre las niñas y niños de 3 a 12 años, se observan expresiones de malestares subjetivos que no constituyen patologías en sí misma, ni trastornos en salud mental. Tampoco impactaron sobre la continuidad de las actividades cotidianas, sino que responden a reacciones defensivas y adaptativas esperables frente a la incertidumbre y preocupación que produjo y produce la pandemia. Las y los referentes manifestaron que se encuentran más irritables, de mal humor, enojados, fastidiosos, y más intolerantes.
- Aproximadamente la mitad de las niñas y los niños se angustian fácilmente o lloran mucho, se enojaron más que antes, estaban irritables, ansiosos y/o tenían altibajos emocionales. También, algunas y algunos manifestaban cambios o trastornos en la alimentación y/o el sueño.
A la fecha, mucho se ha escrito, grabado, compartido por diferentes redes sociales sobre lo emocional, sin embargo, sigue siendo al interior de cada niño, niña y adolescente, donde se dan diferentes experiencias desagradables que no logran identificar ni expresar. Lo que se ha vuelto común es la referencia de los adultos que acompañan como padres, madres y docentes sobre conductas agresivas, desinterés-desmotivación, fijación en videojuegos, y otras respuestas comportamentales que afectan el desarrollo personal y la dinámica familiar o escolar. Sin embargo, es preciso manifestar que lo más sano que puede ocurrirle al ser humano es tener la posibilidad de EXPRESAR, y son justamente estos comportamientos irritables o de desinterés marcado, los que expresan que algo cambio en la vida de ellos, para ser más precisos, perdieron un espacio de desarrollo vital como es el socializar con pares y otros adultos diferentes al núcleo familiar. Además, el cerebro se encuentra en modo defensa hace 15 meses, y esta situación a este tiempo, genera fatiga y desesperanza aprendida.
Pero si eres adulto, ¿qué puedes hacer en casa para generar un ambiente emocionalmente positivo, reparador y sano?
- Identifica tus propias emociones, sean agradables o desagradables.
- Suelta el temor de verte o sentirte vulnerable, retener las emociones desagradables no nos hace bien, al contrario, nos genera mayor frustración, fatiga y autocrítica.
- Encuentra una persona para socializar y confiarle aquello que sientes.
- Establece comunicación a través de videollamadas, mira a los ojos de las otras personas cuando te hablen.
- Al interior de tu hogar agradece, abraza, consiente.
- Al interior de tu hogar pide que te abracen, pide que te den besos, pide ayuda cuando lo necesites.
- Permite que las demás personas al interior del hogar expresen sus propias emociones, evita juzgar o buscar culpables, todos la estamos pasando de alguna manera, que no elegimos, no pedimos, ni deseamos y mucho menos imaginamos, así que busquemos ser empáticos.
- Regala esta valera a las personas que te importan:

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